Si es jefe de una empresa sabrá que hay diferentes tipos de trabajadores. Con algunos, el día a día puede ser totalmente relajado pero otros, harán que su labor como líder sea difícil. Estos empleados crear sus propios problemas en vez de solucionarlos, repercutiendo en el bienestar de la organización.
En muchas ocasiones, los trabajadores conflictivos lo son porque se lo permiten. Es decir, hay un poco de desidia por parte del jefe a la hora de afrontar este tipo de situaciones. De otro lado, también existen los conflictivos que no saben que lo son, por ello, es importante explicárselo, siempre en privado y de una manera respetuosa.
Existen muchas razones por las cuales los trabajadores son conflictivos, algunas más extremas que otras y, en mayoría, difíciles de solucionar. Para estos tipos de casos, Forbes compartió algunos consejos que podría ayudarlo a la hora de lidiar con esta clase de colaboradores. Tome nota y póngalo en práctica.
Siempre que tenga que dar una noticia a una persona se tiende a poner las cosas difíciles, intente explicar sus razones con claridad. Desde un primer momento tendrá su negativa pero, si insiste, podrá hacer que entienda sus motivos.
Muchos intentarán ponerlo nervioso y sacarlo de sus casillas con sus quejas. Tiene que mantener la compostura y hacer gala de su saber estar ante este perfil de empleado. Mantenga una posición relajada y nunca levante la voz, aunque él si lo haga.
No acceda a proposiciones que favorezcan los intereses de su empleado. Es cuestión de llegar a un acuerdo donde ambas partes salgan beneficiadas. Muchos lo pondrán entre la espada y la pared buscando beneficios. Deje claro con el tipo de persona que hablan y no le siga el juego.
Los empleados que tienen un perfil problemático suelen responder de manera inapropiada ante cualquier iniciativa presentada por la empresa. Por eso, limítese a organizar cuáles son las funciones que tiene que desempeñar y a tratar con él temas estrictamente laborales.
Sabe que sus empleados son valiosos y tienen las capacidades suficientes para ser el motor de crecimiento de la empresa. Intente focalizar a qué se debe esa actitud y busque una alternativa para poder encontrar el equilibrio con sus trabajadores.
No se trata de hacer todo lo que el empleado quiera pero sí de dedicarle más tiempo que al resto. Tenga en cuenta cuál es su conducta y cómo podría ayudarle a mejorarla. Es un proceso que requiere tiempo, dure lo que dure no abandone.
No deje que le falten el respeto y, mucho menos, que desprestigien el trabajo que hace a diario. Tiene que conseguir que vean en usted un modelo a seguir y una figura clave para el buen funcionamiento de la empresa. Muestra seguridad y fuerza ante ellos.
Si no consigue tener una buena relación con sus empleados y comunicarte con fluidez, piense en tomar una decisión. Su comportamiento está afectando a la dinámica del grupo. En estos casos, es preferible prescindir de esa persona y contratar a otro profesional con más predisposición para trabajar en su empresa.
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