Es evidente que los empresarios siguen aplicando modelos caducos de gestión de personas, ya que también siguen considerando al factor âremuneraciónâ como el principal motivador de los empleados.
Al parecer, toda esta coyuntura económica, los despidos en masa y el alto índices de desempleo han podido afectar esta percepción, resultando en una inevitable comparación con las teorías motivacionales