Sufriendo el estrés salarial

diciembre 01 02:00 2012

El asalariado, el cuentapropista, no tiene claro cuál será la evolución de su ingreso y de sus gastos. Tal situación produce un clima de stress salarial. Sabe que algún incremento de su salario tendrá, pero no desconoce su magnitud. En rigor, no se trata de un incremento salarial, sino de una reparación de su poder adquisitivo que se vio deteriorado por la suba de precios. De acuerdo con las proyecciones macroeconómicas para 2013, los precios subirían en promedio, alrededor del 25%, es decir, en forma similar a lo que sería la inflación anual de este año, desde la óptica del sector privado. En Tucumán sube la tasa del impuesto inmobiliario un 25%, la tarifa de electricidad un 15%, ya subió la del servicio de agua un 24%, subió la alícuota del impuesto Sobre los Ingresos Brutos, las matrículas de los Colegios alrededor del 15%, seguramente el boleto del colectivo entre un 15 y un 20%, la indumentaria escolar un 25%. Y en general, el resto de tarifas de servicios como la de telefonía móvil, medicina prepaga, pólizas de seguros, expensas de edificios alrededor de un 25%, las naftas que se incrementan de manera recurrente; el GNC, la tarifa de fletes para el transporte de carga, los pasajes aéreos y terrestres, que se proyectan en un 20%, es decir, se trata de una economía que está en un proceso inflacionario elevado, aún considerando la medición del Indec del 10% cuando en promedio en América Latina no supera el 5%. Claro está que muchas tarifas de servicios se incrementan de manera similar en todo el país, como es el caso de los seguros, pero el impacto es mayor en las provincias con menores promedios salariales, como es el caso de Tucumán.




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