Las cuatro personalidades más complicadas (y cómo lidiar con ellas)

noviembre 11 17:17 2018

Aunque el viejo dicho «dos no se pelean si uno no quiere» es casi siempre cierto, a menudo uno de los dos contendientes podría tener un problema más permanente. Lidiar con una personalidad complicada puede hacer que la otra persona se replantee si no es ella misma la que tiene el problema. Ya sea la pareja, un amigo, un compañero de trabajo o su propio jefe, es evidente que hay algunas personas que son difíciles de manejar. A menudo estos individuos tienen lo que se llama clínicamente un trastorno de la personalidad, con un patrón de creencias y comportamientos inflexibles, poco adaptables y que causan angustia a las personas que les rodean.

Todos tenemos nuestras maneras de combatir el conflicto en nuestras relaciones, pero hacerlo en el entorno de trabajo es quizás el panorama más complicado de todos. No podemos simplemente evitar un jefe hostil; no sería lo más apropiado darle un tartazo al empleado poco colaborativo que solo se mira a sí mismo. Cuando nos enfrentamos a peculiaridades personales en la oficina, necesitamos mantener la compostura y actuar de acuerdo a las mejores prácticas, para que el remedio no sea peor que la enfermedad.

1. Desorden de personalidad narcisista. El término “narcisista” se menciona a menudo en conversaciones cotidianas, casi como un adjetivo más o una burla hacia otra persona. La mayoría de nosotros puede tener rasgos narcisistas, pero un individuo con este tipo de trastorno de la personalidad dedica todo su tiempo y su esfuerzo a buscar fama, fortuna y poder. Se ven a sí mismos como gente especial, y creen que merecen relacionarse exclusivamente con personas que estén en su nivel. Necesitan admiración y pisarán a la persona que tengan al lado si lo consideran necesario para lograr sus objetivos. Cuando te enfrentas con un narcisista, es útil reconocer que aunque en una impresión superficial parezca arrogante e impermeable a la crítica, debajo hay una baja autoestima, miedo al fracaso, ansiedad y vergüenza. Por lo tanto, es importante reconocer constantemente cualquier contribución positiva. Si se trata de un jefe o un compañero de trabajo, elogiarlos siempre que sea posible, tanto en público como en privado. Trata de identificar algo positivo que el individuo ha logrado antes y después de discutir lo que necesita mejoras.

2. Trastorno de la personalidad dependiente. Aquellos que sufren de este tipo de trastorno tienden a pegarse a una persona, o tienen miedo de estar solos. Tienen dificultades para tomar decisiones, son reacios a mostrar su desacuerdo con otros, y se presentan voluntarios para realizar actividades solo con el fin de recibir aprobación y apoyo. Aquellos con personalidades dependientes rara vez están en funciones de liderazgo, sino atascados en posiciones subordinadas a pesar de tener ciertas fortalezas. Si estás manejando a alguien con trastorno de personalidad dependiente, tu labor es hacer que se sienta empoderado. Comienza por introducir responsabilidades justo más allá de su zona de confort. Reconoce su éxito siempre que sea posible, o sé amable cuando tengas que hacer algún comentario crítico, pero siempre constructivo. Una vez que su empleado ha tenido buenos resultados y puede sentirse algo más seguro, hay que definir claramente las expectativas y su confianza en ellas. Será suficiente con mantener una reunión una vez por semana, o una conversación por correo electrónico donde puedan consultar o resolver problemas…

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