Convertir la casa en una oficina es una realidad que actualmente es cada vez más frecuente. Más ahora que debido al Covid-19 o Coronavirus, ha llevado a las empresas a aplicar medidas preventivas para combatir la pandemia y, para que, a la misma vez los negocios se mantengan funcionando al ritmo debido.
Es así como las compañías han tenido que reaccionar ante la contingencia actual global aplicando el teletrabajo como una opción concreta para sus trabajadores. Esta es una prueba a escala masiva de esta modalidad y de la tecnología que la soporta, y de cómo las organizaciones brindan a sus colaboradores las herramientas necesarias para realizar una óptima labor desde el hogar.
Según el estudio de NTT Ltd. “Digital Workplace Report”, el 60% de las organizaciones a nivel mundial no tienen una estrategia formal para el espacio de trabajo digital. Ante esta cifra, Cristian Cabezas, solutions director de la compañía internacional, advierte que “en Chile son más del 60% las empresas que no están aptas para realizar home office”.
Desde el punto de vista tecnológico, lo más importante a considerar es entregar a los distintos equipos de las empresas, las herramientas digitales adecuadas para el desempeño de su trabajo, las herramientas de colaboración necesarias para que estén siempre conectados con sus compañeros y garantizar el acceso, desde el punto de vista de la conectividad (VPNs) y seguridad, a los recursos de la organización de manera segura desde cualquier lugar.
Lograr una buena transición al teletrabajo es todo un desafío, donde lo principal es hacerlo con un buen plan. “En NTT Chile ayudamos a las empresas a entender qué estrategia adoptar para migrar hacia espacios de trabajo inteligentes, entendiendo su posición actual, el estado futuro al que quieren llegar, y todos los proyectos tecnológicos que deben realizar para alcanzar ese estado deseado”, comenta el principal consultant de NTT Ltd, Maksim Mondeja.
Además, el ejecutivo agrega que “según los resultados preliminares que se han observado, las empresas que pueden funcionar con home office han logrado mantener sus niveles de productividad, por lo que creemos que en el futuro cercano tendremos la experiencia suficiente para descubrir los desafíos tecnológicos que el uso masivo del teletrabajo pueda traer”.
Riesgos para la protección de la información
Uno de los puntos críticos del teletrabajo es el de la vulneración de datos. Dado la cantidad de amenazas de seguridad de la información que existen a nivel cibernético y que día a día evolucionan, es todo un desafío controlar los peligros y manejar los riesgos que se presentan.
Para estar preparados e implementar un buen trabajo remoto, “es primordial crear un perfil de riesgo exhaustivo que permita balancear lo que espera el colaborador, con los desafíos tecnológicos que esto implica para el departamento de TI. La creación de estos perfiles de riesgo y su implementación es algo que no vemos en muchas empresas chilenas y podrían poner en peligro la seguridad de la información a la hora de implementar el teletrabajo. Por lo que es relevante asesorarse con una buena empresa tecnológica que entregue las garantías necesarias”.
Perfiles y roles en la compañía
Para implementar el home office, es recomendable que las empresas evalúen los desafíos tecnológicos y a nivel organizacional que conlleva esta modalidad. Por lo que se sugiere desarrollar estilos de trabajo ágiles e identificar los roles de cada colaborador.
«Las herramientas y aplicaciones que se utilicen deben ser acordes a los procesos de la empresa y a la estrategia de espacio de trabajo digital que se adopte, pero sobre todo a la cultura ya existente. Asimismo, deben acomodar todos los estilos de trabajo que existan o se creen durante este proceso”.
El perfil de cada miembro de la compañía también será clave para una buena gestión. Así lo asegura Cabezas, quien aclara que “el líder del equipo de trabajo tiene que identificar el rol que cumple la persona, si está apto para poder hacer teletrabajo. Es decir, si puede trabajar de manera individual por objetivo o es un perfil que debe tener una labor más colaborativa y presencial. Además, se debe analizar si la persona tiene un alto nivel de autogestión y automotivación orientado al trabajo por objetivos”.