Sin la preparación necesaria e impulsado por circunstancias tan inéditas como inesperadas, el trabajo remoto se multiplicó repentinamente en la mayoría de los países de la región durante las últimas semanas, y el Perú no es la excepción. Embarcados en esta nueva realidad, quienes pasaron a trabajar de un día para el otro desde sus casas parecen haber comprobado, en poco tiempo, los beneficios de esta modalidad.
En una encuesta online organizada recientemente por Mercer y Whalecom, dos consultoras líderes en América Latina, en la que participaron 175 presidentes, directores, jefes de área y otros estamentos jerárquicos de diversas industrias como: energía, manufactura, petróleo y gas, consumo masivo, transporte y comunicaciones, farmacéutica y servicios profesionales; el 82% de los consultados respondió que, si pudieran decidir la forma de trabajar, elegirían continuar con el teletrabajo.
Pese a que el 42% admitió que su experiencia era baja o nula en ese sentido, el 63% aseguró que se sentía preparado para este cambio, y el 15 % totalmente preparado.
Según los datos recogidos, hasta antes de este brote, solo el 38% de las compañías promovía en buena medida el teletrabajo. En el caso de los participantes del sector de servicios profesionales, ese índice era 37 puntos más alto.
Consultados acerca de cómo se están sintiendo respecto del home office, 63% contestó que se siente más eficiente en esa modalidad. Entre los cambios positivos destacaron como ventajas el menor tiempo de traslado, la flexibilidad horaria y la posibilidad de pasar más tiempo en familia, mientras que entre las desventajas citaron la falta de soporte técnico, la dificultad en el nuevo equilibrio entre lo laboral y lo personal, y el problema adicional de trabajar con los chicos en casa.
El 49% manifestó que para trabajar en este nuevo contexto necesitó desarrollar al menos una nueva habilidad. Entre las mencionadas prevalecen la organización y planificación de los tiempos, comunicación, habilidades digitales, paciencia, resiliencia y contención.
“El trabajo remoto, si bien llegó para quedarse, retará a las empresas a establecer protocolos e indicadores claros de productividad, y a redefinir su esquema de beneficios para esta nueva realidad”, aseveró Gabriel Regalado CEO de Mercer Perú.
Por su parte, Juan Pablo Sanguinetti, Country Manager de Whalecom Perú, agregó que “el salto gigante que todos tuvimos que dar fue abrupto, imprevisto, no deseado y costoso; es natural entonces que se requiera paciencia, resiliencia y contención. Hoy, el desafío es equilibrar el aspecto productivo, financiero y humano en toda su dimensión”.
Respecto a cómo fue la respuesta ante la pandemia en la organización en la que trabaja, el 92% de los participantes en la encuesta considera que fue efectiva o totalmente efectiva.
El 89% indicó que la organización le brindó las herramientas necesarias para trabajar de manera remota, en tanto que el 80% respondió que se adoptaron las medidas necesarias para ayudar a sus empleados a mantener la salud física y mental.
En vista de estos resultados, podemos afirmar que una amplia mayoría de las empresas han sido ágiles y asertivas en la implementación y mantenimiento de su plan de contingencia frente a la pandemia.
Entre las iniciativas que están implementando algunas empresas para sus colaboradores, se habló de talleres y cursos gratuitos sobre autodesarrollo, juegos y challenges entre empleados, asistencia psicológica para trabajadores y familiares directos 24 horas, mindfulness, y chat bot para inquietudes acerca de COVID-19 u otras necesidades.
Claramente las organizaciones han recurrido a diferentes alternativas de contención, cuidando principalmente el bienestar de sus colaboradores, así como también buscando replicar rutinas de trabajo que faciliten la transición y hagan posible a todos mantenerse conectados en un entorno de trabajo masivamente virtual.
En cuanto al futuro, el 77% de los participantes cree que su organización no tendrá la misma configuración después de la pandemia. En otras palabras, la percepción general es que los cambios impuestos por esta crisis sanitaria (y económica) llegaron para quedarse y que, por ende, no se tratan de una respuesta transitoria a una situación contingente.
Entre los desafíos que enfrentan los líderes vinculados a la gestión de sus equipos, están los de sostener la motivación, hacer un buen seguimiento, encontrar el modo de liderar a distancia, generar cercanía, ser más ágiles y transmitir tranquilidad. No obstante, y si bien es claro que hay habilidades y aspectos de gestión del liderazgo que deberán reconfigurarse, el 70% considera que esta nueva forma de conexión entre el líder y el equipo genera un impacto positivo en la motivación y sentido de pertenencia.
Se destacó especialmente la importancia de la comunicación constante, siendo ésta una de las iniciativas que han impactado de manera más positiva. En ese sentido, el 84% de los participantes aseguró que la comunicación en el equipo está siendo efectiva.
A la hora de las conclusiones, Sanguinetti señaló que “es claro que el futuro será diferente, aun cuando no sepamos qué formato tendrá. Las organizaciones deben ser transparentes (por más que las noticias no sean agradables), flexibles (todos estamos experimentando nuevos caminos) y role models (nuestros colaboradores y toda la comunidad está mirando cómo accionamos en este escenario)”.
En tanto, Gabriel Regalado concluye que “el liderazgo resiliente, basado en proveer un norte, adaptarse a las situaciones y comunicando de una manera positiva, clara y honesta, será clave en este momento y pieza fundamental en el futuro inmediato”.