Vivimos en épocas donde los paradigmas del trabajo cambian aceleradamente. Dentro de ellos, la imagen profesional constituye uno de los principales capitales con que se cuenta, no sólo para proyectar los atributos de la actividad que se realiza, sino para conseguir mejores oportunidades.
El impulso del trabajo freelance, el home-office y la tarea a distancia y por proyectos, son tres de los ejes de mayor crecimiento en la fuerza laboral mundial.
Entonces, ¿se trata de ser dependientes de la imagen laboral para tener éxito? La respuesta es no, siempre que se mantenga un equilibrio sano; un balance sin perder de vista la perspectiva personal, que, indisolublemente, está ligada al hacer en el mundo.
Una opción es tener un perfil personal para los amigos y familia, y crearse una página profesional específica para expandir la carrera. Lo que sí es necesario considerar es que si no comunicas y no proyectas lo que haces, es probable que no crezcas ni seas tenido en cuenta, salvo que seas un profesional extraordinario, consolidado y ya posicionado en el top 5 de tu ámbito, y prácticamente no tengas ninguna competencia.
Los profesionales de hoy saben que cada relación profesional que se mantiene puede ser la mejor recomendación -o no- para la siguiente oportunidad. Los cuentapropistas, por ejemplo, lo saben muy bien, ya que permanentemente son puestos a prueba. Es muy diferente el caso de los empleados fijos en una empresa, cuando de alguna forma, si bien no hay nada seguro, puede estimarse una cierta continuidad. Para los que trabajan por su cuenta esto no existe, y es uno de los motivos por los que el emprender o trabajar independiente no sea algo para cualquiera.
Nadie discute el alcance que tienen las redes sociales, y es allí donde buscan primero los ejecutivos y reclutadores.
Aún antes de lo que imagines, puede haber alguien revisando tus perfiles en distintas redes; observando lo que compartes; tu lenguaje y tus formas de interacción. Fundamentalmente, prestan atención a:
1. Imágenes, incluyendo tu foto de perfil. 2. Descripción que has colocado en cada red3. 3. Frecuencia con la que compartes contenido 4. Valor y calidad de lo que socializas 5. Enfoque profesional de tu perfil en las redes
Bajo estos cinco parámetros ya se puede conformar una primera impresión -sólo eso- de quien eres, qué haces, quiénes son tus contactos de primer grado, tus hobbies y preferencias.
Circulan en la red multitud de publicaciones de personas que buscan trabajo, o quieren mejorarlo. Por caso, un profesional que conozco se queja permanentemente de falta de oportunidades en su ámbito; sin embargo, sus posteos en las redes son, por lo menos, grotescos: bromas bizarras (y no es un humorista); textos con faltas de ortografía; exceso de fotografías personales; nula presencia de su experiencia profesional
En los últimos cinco años he relevado cerca de mil perfiles con estos anuncios, fundamentalmente en LinkedIn -la red de conexiones profesionales- y en Facebook. A partir de allí, he compilado estos nueve errores que se pueden mejorar, para tener más oportunidades:
Es el error más frecuente. La mayoría de las personas lo usan para recordarles los cumpleaños, o poner un “me gusta”, o publicar lo último que cocinaron, o una fiesta familiar. Esto, en sí, está muy bien: es un espacio personal. Aunque si lo que buscas es proyectar tu imagen profesional, necesitas alternarla con contenido de este tipo, y no sólo con espíritu “de venta”. Otra tendencia es a aparecer en las redes cuando buscan trabajo, sin construir un camino permanente para formar su reputación
Otro problema central es que no se proyecta una imagen profesional desde las imágenes. Fotos en la playa, un grupo donde no se te distingue, un paisaje o tu mascota, no son apropiadas si tu perfil es utilizado con fines profesionales.
La proactividad y la frecuencia de actualizar contenido de valor es esencial para que te conozcan. Puedes generar contenido propio o compartir de otras personas, citando las fuentes. Lo importante es tener presencia, ya que de esa forma aparecerás más frecuentemente en las búsquedas y recomendaciones a los demás.
Es extraño que la mayoría de las personas tiene perfiles incompletos, donde faltan datos básicos; o, si lo tienen, no lo revisan periódicamente, ni actualizan. Es esencial una breve descripción -que sea muy parecida en todas las redes para lograr consistencia y transversalidad-, e incluir las vías de contacto, por ejemplo, con un enlace a tu página web, o una dirección acortada que dirija a tu Whatsapp para recibir mensajes rápidamente.
Otro problema recurrente en las redes a nivel profesional es que muchas personas se victimizan en exceso por su situación, casi como mártires. Otros, exigen y critican a los demás, sin proponer soluciones: este espíritu no construye tu imagen profesional, ya que lo que se esperaría de ti es alguien con aportes, ideas y auto motivado. Otros problemas son hacer posteos de mal gusto -por ejemplo, videos de burlas o bromas que se pueden malinterpretar-; y viralizar contenidos no chequeados, agregando, para colmo, su opinión.
Un vicio frecuente es solamente acordarse de las redes con espíritu de venta. Entonces, inundas tus comunicaciones con avisos, sin entregar nada a cambio.
Lo recomendable es que sigas a personas estratégicas, a demás de tus amigos. La mejor forma de llamar su atención es a través del contenido y la consistencia de tu perfil profesional. También necesitas saber quiénes son tus seguidores; a qué se dedican; de dónde provienen; qué les interesa. Toda esta información está disponible en cada red social si sabes leer estadísticas sencillas. Y, además, sigue si te siguen: devuelve la gentileza. Responde los mensajes que te envíen. De paso, vas a crecer en viralidad de tus perfiles.
Otro error es engancharse en todo tipo de discusiones que, quizás, no aporten nada central para tu perfil profesional. Siempre puedes expresar tus opiniones en los canales apropiados y de buena forma.
Por último, el publicar en las redes no traerá de inmediato el resultado que buscas. Sin embargo, el no estar proactivo en ellas, definitivamente, anula cualquier posibilidad. Analiza tu perfil profesional; determina tus objetivos a un año, a dos, a cinco. Haz un diseño estratégico de metas alcanzables, y proyéctalas. Mide los resultados no sólo en función económica, sino de reputación, perfil de seguidores, consultas que recibes.
Recuerda: la comunicación de un perfil profesional es una construcción; lleva aproximadamente cinco años lograr consolidarla si eres consistente. La invitación es a trabajarla con esfuerzo y dedicación, cada día, para estar más cerca del resultado que buscas.
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