España ha sido siempre un país de grandes flujos migratorios, unos obligados, tras conflictos bélicos, y otros provocados por ausencia de oportunidades laborales y/o formativas. La vieja idea colbertista de que inventen ellos ha calado en la sociedad española que siempre ha tratado al exiliado con desprecio, acusándole de no ser suficientemente patriota, con el apriorismo de que España es suficie