Las empresas buscan ahora personas y no puestos que cubrir, de ahí que los anuncios para encontrar a esos profesionales se hayan convertido en listados pormenorizados de aptitudes, cualidades y experiencia indispensables para la selección de los candidatos adecuados.
Filtros
Carlos de Miguel, manager de Page Personnel, considera que las ofertas que ahora encontramos en la prensa o en páginas online especializadas, âsuelen ser bastante planas y, en la mayoría de los casos, se tiende a pedir de más para hacer cribaâ. Lo que interesa, asegura este experto, es filtrar a los aspirantes para dar con el que más se ajuste a lo que pide esa compañía o aquel que cuente con más competencias. Aún así, la situación obliga a que muchos se inscriban en anuncios para los que no tienen ninguna experiencia o formación. Para ejemplo, una oferta redactada en chino a la que se apuntaron decenas de españoles que desconocían el idioma del gigante asiático.
Craso error. Todos los expertos consultados coinciden en advertir de lo contraproducente de esta actuación. Nuria Esparza, directora de servicio de Adecco Office, aconseja revisar objetivamente estos anuncios para ver si se cumple con los requisitos para el puesto y no optar por aquellas vacantes donde sabemos que no tenemos opciones, ya que âal candidato sólo le generará más frustración al ver que es desestimadoâ.
Ofertas trampa
Leer con detenimiento estos anuncios laborales es esencial para que no te den gato por liebre. Y eso que ahora no se suelen maquillar estas ofertas. No obstante, hay ocasiones en las que las firmas exageran su situación para atraer a los más cualificados. Una estrategia que suelen poner en práctica en el apartado descriptivo de la oferta, en el que pueden llegar a decir que están en plena etapa de expansión cuando no han salido de las fronteras nacionales.
Puede pasar también, como indica Julián Sánchez, engineering managing director de Experis en España, que las firmas engorden las funciones del puesto que ofertan para hacer más suculenta esa oferta de cara a los aspirantes más cualificados.
Vender trampas entre líneas no es una práctica habitual, aunque, como apunta Esparza, âdebemos desconfiar de ciertas ofertas que puedan tener un origen dudoso, como aquellas donde la retribución está muy por encima de lo que se paga en el mercado, trabajos desde casa, anuncios en los que no aparezca el nombre de la empresa o las ofertas que, sorprendentemente, supongan algún tipo de gasto al candidatoâ.