La encuesta «Teletrabajo en contextos de aislamiento social. Argentina, Abril 2020», desarrollada por la Red Internacional de Educación para el Trabajo (RIET), recopiló información sobre los factores que inciden en la productividad en trabajadores de todo el país. Este estudio se enfocó especialmente en aquellos aspectos que inciden en la motivación, el planeamiento, el liderazgo y las habilidades blandas.
“Desde el 20 de marzo, cuando se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, el teletrabajo dejó de ser una opción y se convirtió en una necesidad. Ante este escenario, las organizaciones de diferentes sectores e industrias se vieron obligadas a actuar rápidamente para encontrar alternativas que les permitieran continuar con sus actividades sin perder productividad”, afirmó Santiago Fraga, investigador de la RIET.
El 78% de las personas que respondieron la encuesta residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (32%) y en provincia de Buenos Aires (46%). El mayor porcentaje corresponde a personas de entre 24 y 39 años (62%), seguido por los de 40 a 55 años (24%). En cuanto al sector en el que se desempeñan, el 67% trabaja en el sector privado y el 33% restante en el sector público.
El perfil más representado en la encuesta corresponde al sector profesional o no profesional de apoyo (46%), seguidos por aquellos que ocupan cargos de jefes, supervisores o responsables de proyectos (25%), trabajadores independientes y/o cooperativos (14%), alta gerencia (4%), y directores o gerentes (11%).
Según los datos de la encuesta, el 80% de las personas afirma estar teletrabajando, pero sólo un 11% lo hacía antes de que comenzara el período de aislamiento. Entre los principales motivos por los cuáles no están teletrabajando se debe a que no es posible realizar sus tareas a distancia.
Un aspecto crucial en este cambio de hábitos laborales es la planificación de tareas y actividades de los colaboradores. Los encuestados afirmaron que sus tareas se establecen diariamente (47%) o semanalmente (27%). La planificación mensual o trimestral se evidencia en menor medida, aunque este dato puede estar sujeto a que los cambios son recientes.
En este sentido, es importante cómo entran en juego diferentes habilidades blandas que permiten abordar las tareas y los ajustes constantes que provoca la adecuación a esta modalidad. La mayoría de las personas se auto perciben con capacidad para coordinar el trabajo con otros (18%) y de demostrar flexibilidad ante cambios inesperados (17%). Por el contrario, casi no se reconocen en el ejercicio de la inteligencia emocional (5%) y de las habilidades de negociación (2%).
Otro de los factores que inciden en la productividad es cómo los jefes despliegan estrategias para que sus equipos puedan teletrabajar de manera eficiente. Entre las habilidades más valoradas en este contexto, la principal ha sido que los jefes confían en las personas y el equipo (18%), seguido por que su capacidad de ser flexible (14%) y cercano a sus colaboradores (12%).
De las personas que están teletrabajando a causa del contexto de aislamiento social, el 63% desea seguir con esta modalidad al finalizar el mismo. Entre los principales se afirma que el teletrabajo les permite aumentar su productividad (35%) y ahorrar tiempo de viaje (29%). No obstante, el 50% afirmó que le gustaría teletrabajar sólo 2 veces por semana, seguido de quienes preferirían hacerlo 3 y 4 veces por semana 33%.
En contraposición, el 37% que no desea seguir trabajando en esta modalidad señala que no les gusta que su actividad personal y laboral se desarrollen en un mismo espacio físico (25%) y que se les dificulta la integración y colaboración con el equipo de trabajo (19%). Además, el 10% afirma que es menos productivo.
“En un país caracterizado por la falta de experiencia previa y la ausencia de infraestructuras sólidas, uno de los principales desafíos de las organizaciones que apuestan al teletrabajo es mantener y garantizar la productividad. Los resultados de esta encuesta nos muestran que la planificación, acompañada de cierta flexibilidad, es un factor crucial para generar un clima de colaboración y confianza que incide directamente en la motivación de los trabajadores”, concluyó Fraga.