«No puedo creer que tengas ojos marrones y que te llames Rocío. ¡Qué exótico!», le dijo Mark. Rocío no pudo creer que a él le pareciera increíble lo que en Buenos Aires la hacía ser tan común.
Con sólo 24 años, una carrera como administradora de empresas y un excelente grupo de amigas, en la Argentina Rocío estaba frustrada por la crisis económica y por no encontrar un hombre que valorara que ella fuera independiente y profesional. Decidió aplicar entonces a la visa Work and Holiday (de trabajo y vacaciones) y, apenas se enteró de que le había sido otorgada, sacó un pasaje para Sydney y se fue.
Su caso no es único. Cada vez más argentinos dejan de mirar al Norte y se animan a considerar el Oeste a la hora de elegir una opción para emigrar. También para el turismo: en 2012 los viajes de argentinos a la zona aumentaron el 95%. El embajador argentino en Australia, Pedro Villagra Delgado, aclara a PERFIL que «las cifras aún son relativamente bajas y, según las estadísticas australianas para el año fiscal 2011-2012, los argentinos que vinieron como turistas fueron alrededor de 10 mil»…