Cinco años después del comienzo de la Gran Recesión, el saldo es aterradoramente claro: Millones de empleos de la clase media se han perdido en países desarrollados de todo el mundo.
Y lo peor es que esos empleos no se mudaron a China u otros países en desarrollo. Simplemente se desvanecieron, desplazados por software y máquinas avanzadas que pueden hacer las tareas más rápido, con mayor calidad y a un menor costo.
Para entender mejor el impacto de la tecnología sobre los empleos, se analizó datos del ámbito laboral en 20 países. Entrevistó además a economistas, expertos en tecnología, fabricantes de robots, programadores de software, directores generales y trabajadores que compiten con máquinas más inteligentes. Se encontró que casi todos los empleos que desaparecieron están en industrias que pagan salarios de clase media: entre 38 mil y 68 mil dólares anuales. Se trata de empleos que representan la columna vertebral de este estrato social en países desarrollados de Europa, Norteamérica y Asia.
Art Liscano sabe que es una especie en extinción. Se dedica a leer los dispositivos medidores del consumo de electricidad en Fresno, California. Durante 26 años, ha ido de casa en casa para verificar cuánta energía han consumido los clientes de Pacific Gas & Electricity.
La empresa no necesita ya a gente en esos puestos. Cada día, reemplaza mil 200 viejos medidores por versiones digitalizadas que pueden recabar información sin ayuda de los humanos, generan una cobranza más precisa de las cuentas de electricidad e incluso envían una señal de alerta si hay un apagón.
«Puedo ver por qué la tecnología nos desplazará», dijo Liscano, de 67 años y con un sueldo anual de 67 mil dólares. Su departamento empleaba a 50 personas a turno completo para leer los medidores. Hoy, ese número se ha desplomado a seis.
Desde las corporaciones gigantescas hasta las bibliotecas universitarias y las empresas incipientes, los líderes de la organización prefieren usar una tecnología que mejora a pasos agigantados para realizar tareas encomendadas antes a los humanos. Ello significa que millones de trabajadores se han visto atrapados en una competencia que no pueden ganar frente a las máquinas, las cuales se vuelven más poderosas, baratas y fáciles de usar.
En Estados Unidos, la mitad de los 7,5 millones de empleos perdidos durante la Gran Recesión pagaba salarios de clase media, y las cifras son incluso más desoladoras en las 17 naciones que comparten el euro como moneda. Un total de 7,6 millones de empleos de paga intermedia desaparecieron en esos países europeos entre enero de 2008 y junio pasado…