Durante décadas, los grandes espacios con oficinas bien equipadas han sido una parte integral de la identidad de una empresa. Un hogar lejos del hogar para los empleados, estos espacios también forman parte de un próspero ecosistema de servicios de construcción, negocios, alimentos y logística.
No es sorprendente que el costo de adquirir, desarrollar y mantener estos espacios sea significativo. Las estimaciones sitúan el costo de los bienes inmuebles entre 1% y 13% como porcentaje de las ventas. A pesar del alto costo, el hecho de desafiar y cuestionar la necesidad tradicional de un espacio base corporativo ha sido casi impensable. Entonces sucedió COVID-19 y como dice el dicho: «La necesidad es la madre de la invención».
Hoy, los empleados no solo trabajan de forma remota, sino que es probable que continúen haciéndolo en el futuro previsible. A fines de 2021, se espera que alrededor del 25% al 30% de la fuerza laboral pueda trabajar desde casa varios días a la semana. Los empleadores han anunciado cambios permanentes a la fuerza laboral distribuida o han considerado esta posibilidad.
TCS anunció recientemente su propia visión de espacios de trabajo sin fronteras de manera segura Secure Borderless Workspaces (SBWS): para 2025, solo el 25% de la fuerza laboral trabajará fuera de las instalaciones de TCS.
En México, 54% de la población permanece en su vivienda a causa de la pandemia, esto de acuerdo con De las Heras Demotecnia. Esto significa que al menos 68 millones de personas han tenido que adaptarse a un nuevo estilo de vida, convirtiendo sus hogares en su centro de trabajo, estudio, entretenimiento y compras online.
Antes de que fuera declarada la emergencia sanitaria, 27% de las personas trabajaba a distancia de manera recurrente u ocasional en las grandes ciudades del país. A principios de mayo, esta cifra aumentó a 81%, en este momento debe llegar a más de 90% (IDET). Si bien no regresaremos al 27%, tampoco nos quedaremos en un alto índice de trabajo vía remota, se calcula que podría quedarse en un rango de 40 a 45%.
Muchas organizaciones también están considerando medidas drásticas en torno a los permisos de trabajadores para compensar la disminución de la demanda en los negocios. Pero reevaluar la situación y costos del mercado de bienes raíces probablemente sea más ventajoso a largo plazo.
Las organizaciones podrían obtener ahorros de manera simple, ya sea reduciendo los pies cuadrados de los arrendamientos o dejar de renovar el espacio de la oficina. Las empresas con grandes espacios corporativos pueden convertirse en arrendadores a medida que se consolidan cada vez más en menos edificios. Algunos incluso pueden decidir vender sus propiedades por completo para opciones de arrendamiento flexibles, dependiendo de los mercados inmobiliarios locales y los requisitos comerciales.
Para la mayoría de las organizaciones, una parte de la fuerza laboral probablemente permanecerá en sus instalaciones.
Para Rajeev Gupta, Country Head de TCS México, los desafíos económicos ante la pandemia son muy reales y las acciones de contención de costos en la fuerza laboral son inevitables para algunas empresas.
Tanto para las compañías como para los gobiernos, la mejor manera de ayudar hoy a la economía es protegiendo el empleo, y qué mejor manera de hacerlo que a través del servicio de trabajo remoto Secure Borderless Workspaces de TCS.
Sin duda, hay ganancias significativas que se lograrán al mudarse a la opción permanente del trabajo remoto para algunos sectores de su fuerza de trabajo. Además de grandes ahorros, es común que se pasen por alto otros beneficios que también contribuyen a una lógica de negocios más convincente.
Estas son las principales razones por las que vale la pena considerar una fuerza laboral distribuida como un enfoque alternativo para obtener reducciones para las empresas.
TCS estima que una empresa podría tener ahorros importantes anuales en sus gastos generales y administrativos de esta manera:
Además de estos ahorros significativos, hay beneficios que se pueden vislumbrar:
Pasar a una adopción permanente de espacios de trabajo sin fronteras (SBWS) para algunos sectores de su fuerza laboral puede generar ganancias y beneficios significativos. Darse cuenta de esto requerirá una estrategia bien planificada para migrar a un nuevo modelo operativo donde los trabajadores en el lugar coexistan con los trabajadores remotos.
Las medidas de emergencia en los primeros días de la crisis (instalación de plataformas de colaboración digital y proporcionar a los empleados acceso remoto) deberán reforzarse con estrategias para nuevos entornos de trabajo, estructuras y métricas para el éxito.
Los empleados remotos deben tener claro qué se espera de ellos y cómo sus empleadores asignan, supervisan y evalúan el trabajo. Y a medida que evoluciona el cambio hacia el trabajo digital, las organizaciones deben planear reevaluar estrategias para gestionar nuevas demandas. Una fuerza laboral distribuida bien planificada y continuamente perfeccionada, entregará valor mucho más allá de la era posterior a COVID-19.
*Socio Director Global, Transformación de Finanzas y Servicios Compartidos de TATA Consultancy Services