ESTUDIOS demográficos sobre la población chilena nos entregan una buena noticia. Si comparamos a un niño que nació el 2010 con un adulto nacido en 1970, el niño tiene una expectativa de vivir 15 años más que el adulto nacido 40 años antes. Este hecho se debe a la mejoría que se ha logrado en el sistema de salud pública y que se refleja en el hecho de que las expectativas de vida de los chilenos ahora son levemente mejores frente a los que nacen en Estados Unidos.
La estructura poblacional de Chile ha tenido también un drástico cambio, debido a notables bajas en la fertilidad de las familias chilenas y al aumento de las expectativas de vida. Esto significa que el país esta envejeciendo, presentando desafíos y oportunidades.
Este tema fue analizado en dos talleres internacionales organizados conjuntamente por el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad y por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en enero. En estos eventos se reunió a expertos chilenos y a invitados de Norteamérica, Europa, Australia, Brasil y Argentina, quienes discutieron las experiencias que se han recogido en diferentes regiones sobre los aspectos sociales, económicos, urbanísticos y de salud que son impactados por el cambio demográfico.
Como conclusión de esos encuentros, se puede mencionar que un plan integral y trandisciplinario que incluya todos esos aspectos, y una educación que dure toda la vida, podrían evitar los negativos efectos de esta alteración poblacional. Sin duda que ese plan tiene que incluir un tratamiento médico efectivo para abordar el impacto de una población de avanzada edad…