El amor y las relaciones laborales tiene algo en común: cuando hay un rompimiento abrupto, una de las partes ââ¬âpor lo general el empleado- sale dañada y, cuando esa ruptura no se supera, existe la tentación de afectar la reputación del otro – que suele ser la empresa- con un alto costo para ambos.
Construir una buena reputación tarda años, destruirla unos minutos. Por ello, la empresa y los …