El entorno laboral muchas veces propicia encuentros no tan cordiales y momentos poco placenteros. Estas molestas ocasiones pueden recanalizarse para sacar el máximo potencial de la situación. ¿Gritar, molestarse, o sentarse a pensar? Los momentos de rabia o cólera en el ambiente laboral jamás deben drenarse con gritos. Los roces laborales son aún más difíciles…