En las ciudades más grandes de Colombia se ha visto la aparición de un sector que ha venido tomando fuerza durante los últimos años: los coworking, espacio donde varias empresas pueden arrendar oficinas y comparten una zona en común, así como una serie de servicios que les ofrece el espacio.
Con la pandemia, los coworking vieron un freno total a sus actividades, y al ser un sector que depende del arrendamiento del espacio de oficinas, ha sido una víctima natural de la cuarentena. O eso pensamos.
“Tuvimos que comenzar a hacer estrategias de emergencia, comenzamos por congelar los arriendos, diferir pagos y hacer un sinnúmero de concesiones para retener a los coworkers que quedaban. Junto con otros coworking enviamos carta a Alcaldías y Gobierno para que nos pusiera en claro cuál es nuestra situación jurídica dentro del Estado de Emergencia, pero al ser un sector un tan nuevo no recibimos respuesta alguna”, añadió.
La directora de Kamados Coworking, Ana María Granados, indicó que “fue bastante difícil, hubo que congelar contratos, y pensar en estrategias para facilitarle el pago a las distintas empresas. Es ahí que supimos que la situación no podía seguir así y comenzamos a pensar en estrategias para incentivar a la gente a retornar a los coworking, o al menos expandirnos a sus hogares; mucha gente no tiene un espacio de oficina adecuado por múltiples razones, falta de privacidad, no se concentran, no tienen mobiliario ergonómico apto par trabajar, o no logran separar la vida laboral de la del hogar”.
La directora comercial de Circular Coworking, María Fernanda Martínez, apuntó que “el entendimiento de un espacio de trabajo tiene que trascender de meramente una silla, un escritorio, y un computador. Nosotros entendemos que el trabajo está acompañado de otros aspectos, donde está la comodidad, el café, la música para trabajar, etc. Hay mucha gente que todavía estando encerrada en sus casas le llevamos el mobiliario para que pudiera trabajar cómodamente, le hicimos un plan especial que incluía una lista en Spotify y le llevamos un café artesanal para que se sintieran como en su coworking”.
Agregó que “la cuestión es que somos un negocio muy presencial, y para que el coworking importe tenemos que explotar esas características que hacen que una empresa opte por un coworking a una oficina tradicional. Una de estas estrategias fue comenzar ‘Circular Talks’ un ciclo de charlas con expertos dentro de las mismas empresas en los coworking sobre estrategias de negocios y emprendimiento”.
El director del Centro Audiovisual de Medellín (CAM), Gabriel Pérez, concuerda con los anteriores planteamientos y explica que el confinamiento abrió las puertas al concepto de teletrabajo para muchos que no lo manejaban, “nosotros desde el CAM contábamos con que el aislamiento preventivo no iba a ser 15 día nada más, con lo que no contábamos es que la cuarentena se iba a prolongar por 3 meses. Aunque nos pareció gravísimo también comprendimos que esto podría representar una oportunidad para el coworking, en primer lugar, por la posibilidad de ofrecer al coworking como un espacio seguro para trabajar, y en segundo lugar, y de especial importancia, es que este aislamiento demostró que el teletrabajo es posible”.
“En un país con empresas tan tradicionales como Colombia, antes nosotros teníamos que ir a vender el concepto de teletrabajo a todo el mundo, y los beneficios de contar con un espacio cercano a trabajar sin la necesidad de que todo el personal tuviera que ir hasta una casa matriz lejana. Ya que el teletrabajo se ha vuelto una realidad no tenemos que explicar su importancia, pues el coworking puede ser un espacio cercano para ese personal”.
De igual manera Juana Restrepo, de Circular Coworking, agregó que la estrategia para recuperar ese mercado —perdido por la cuarentena— se ha enfocado en tres frentes, gestión de riesgos, coworking corporativos, y oficina virtual. “La gestión de riesgos se trata de cumplir los protocolos; la estrategia de los coworking corporativos consiste en que empresas grandes, digamos un Grupo SURA, que tiene equipos de trabajos muy cohesionados, y requieren verse, pero ya no pueden aglomerar tanta gente en una oficina, los invitamos a que vinieran y se establecieran en nuestros coworking y mostrarles que aparte de que le ahorraban movilidad a sus empleados, contarían con un espacio seguro para desarrollar sus actividades”.
En este sentido la directora comercial de Circular Coworking, María Fernanda Martínez, comentó sobre el origen en sí de este tipo de espacio de trabajo virtual. “La oficina virtual es un concepto que viene de Estados Unidos, muchas empresas no requieren una oficina física, pero sí un punto donde recibir correspondencia, y sitio de ubicación formal en el registro, lo que se llama una dirección fiscal, este servicio se lo estamos ofreciendo a este tipo de empresas”.
Finalmente el director del Centro Audiovisual de Medellín (CAM), Gabriel Pérez, indicó que su estrategia se ha concentrado en “explotar esas diferencias que tiene un coworking a un espacio de oficina común y es su comunidad. Los coworking son una comunidad de profesionales que intercambian servicios y conocimientos entre ellos constantemente, eso es muy importante. Desde el CAM lanzamos un directorio promocionando nuestras empresas y ofreciendo un catálogo de servicios al público que permita no sólo darlos a conocer a ellos sino a conocer nuestro coworking. La actualidad nos obliga a digitalizar el mensaje y reflejarlo en un servicio digital”.
*Artículo publicado en PanamPost.
