Todos los que hemos comido en un restaurante tenemos anécdotas de meserosâ⬦ y ellos de nosotros, sus clientes. Algunas agradables, como la de David Barrón, un joven mesero de Veracruz, quien recibió de una señora 500 pesos de propina; otras desagradables, como la de Dillon Arnold, un comensal de Rhode Island, a quien el empleado llamó en su voucher como «gordinflón».
El mesero es el eslabón…