Una de las consecuencias directas de la crisis económica de los últimos tres largos años es el deterioro financiero de las Administraciones públicas, que tienen cada día que pasa más dificultades para financiarse en los mercados abiertos, tanto por la escasez de recursos como por la carestía que exigen los acreedores. Con tres pequeños países periféricos de la Unión Monetaria a merced de los merca