El esfuerzo es mejor aliado que el talento para progresar profesionalmente. «No tengo talento» es una excusa que aporta confort, pero quita una gran herramienta de trabajo. Aducir falta de talento tiene una implicancia sutil: dado que el talento es innato, no hay mucho para hacer ante su escasez. Ergo, ante la falta de cursos…