El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, anunció hoy la creación de un «contrato» con los servicios del desempleo para los jóvenes que ni trabajan ni estén en formación, que les daría derecho a una remuneración equivalente al subsidio mínimo de inserción, de 418 euros. Ayrault, en un discurso de la Conferencia Nacional contra la Pobreza y por la Inclusión Social, dijo que ese dispositivo se empezará a aplicar en septiembre del año próximo en diez «territorios piloto» y que el objetivo es que cuando esté en pleno funcionamiento se puedan beneficiar 100.000 jóvenes al año.
«Un reto de primera importancia para el futuro de nuestro país es la inserción de los jóvenes que no están ni en el empleo ni en la formación», que «son los eternos olvidados de las políticas públicas», señaló para justificar el dispositivo.
La «garantía para jóvenes» será «un contrato de un año renovable» firmado con los servicios públicos del empleo, que les darán «un acompañamiento sostenido» para la inserción profesional, precisó. Por su parte, los jóvenes firmantes tendrá que respetar las «propuestas adaptadas que se les harán», y a cambio recibirán «una garantía de recursos equivalente al RSA (Subsidio de Solidaridad Activa) durante el periodo de inactividad».
El primer ministro también adelantó que, además de la inflación, habrá una revalorización del RSA del 10 % en los próximos años, para que llegue a representar el 50 % de salario mínimo, como cuando se creó ese subsidio social en 1988. Ayrault recordó que en la actualidad el RSA «sólo» es el 43 % del salario mínimo, y avanzó que la primera subida, aparte de la que se aplica para compensar la inflación, se aplicará en septiembre del año próximo y será del 2 %.
Explicó que 500.000 personas más, junto a los 4,3 millones actuales, se podrán beneficiar de la Cobertura Sanitaria Universal (CMU), que permite recibir servicios médicos sin pagar, y que por el momento está condicionada a tener ingresos inferiores a 7.934 euros anuales. Ayrault desgranó una serie de otras medidas contra la pobreza, como «una ayuda considerable para las familias monoparentales y para las familias numerosas». El jefe del Gobierno recordó que, según las cifras más recientes disponibles, en 2010 «había 2,7 millones de niños pobres» en Francia.
