Según Nacional Financiera, cinco son las causas más comunes que contribuyen al fracaso de las pequeñas y medianas empresas: incompetencia o falta de experiencia del propietario, la negligencia que muchas veces rodea a la emoción de iniciar una empresa, falta de controles adecuados, carencia de capital suficiente y una incorrecta planeación, señalaron profesores de la Unidad Académica Profesional Cuautitlán Izcalli de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Los autores de la investigación titulada âImpacto del Clima Organizacional para la conservación de las PyMES familiaresâ, Jenny Álvarez Botello y Edgar Omar Curiel Anaya, aseguraron una de las principales fuentes de conflicto que obstaculiza el buen clima organizacional en estas empresas es la mala organización, que tiene su origen en el diseño ineficaz de su estructura.
En ocasiones, por respetar algunos acuerdos de orden familiar, las compañías no se organizan de una manera eficaz, provocando bajo rendimiento en la PyME familiar, puntualizaron los especialistas de la Máxima Casa de Estudios de la entidad.
Tras comentar que las pequeñas y medianas empresas constituyen la columna vertebral de la economía nacional, por los acuerdos comerciales que ha tenido México en los últimos años y por su alto impacto en la generación de empleos y producción nacional, opinaron que es necesario promover entre el sector, que tengan consejos de administración o un director general, con el propósito de separar la dinámica familiar dentro de la empresa.
Explicaron que âcuando se habla de la separación, la empresa y la familia operan de maneras diferentes, por lo que quizá sería deseable que el comportamiento de los miembros de la familia en la empresa fuera diferente tambiénâ.
Los investigadores de la Máxima Casa de Estudios mexiquense comentaron que en el país se cuenta con una importante base de pequeñas y medianas empresas, ya que de las cuatro millones 15 mil unidades empresariales del país, 99.8 por ciento son PyMEs, que generan 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y 72 por ciento del empleo en el país, es decir, claramente más sólidas que en muchos otros países.
Por ello, concluyeron Jenny Álvarez Botello y Edgar Omar Curiel Anaya, se debe aprovechar para hacer de eso una fortaleza que haga más competitivo al país y que sirva para vigorizar la presencia de productos y servicios mexicanos, dentro y fuera de nuestra localidad o estado.
