Las necesidades del mercado laboral actual han hecho del trabajo remoto o home office una tendencia que va en aumento. Para dimensionar el nivel de adopción, un estudio desarrollado por la consultora Frost & Sullivan señala que, en los próximos años, el 35% de la población trabajadora realizará sus actividades laborales desde su casa.
“Actualmente, existen cuatro generaciones en el mercado laboral, lo que crea la necesidad de implementar tecnologías que permitan satisfacer las necesidades estas generaciones para cumplir con los objetivos de la empresa, sin descuidar la satisfacción de los empleados».
El párrafo anterior es la opinión de Juan Pelagio, director de Poly-México, quien asegura que las tendencias como el home office, no sólo modifican la dinámica del trabajador, sino también el de la empresa. Sin embargo, agrega, las compañías deben contar con una infraestructura que además de posibilitar el trabajo, fortalezca las relaciones humanas a distancia como lo es un software adecuado, permisos para acceder a la información que la empresa requiera y soluciones que permitan una dinámica colaborativa entre todos los trabajadores.
-Más allá de contar con las herramientas obvias, como pueden ser una computadora portátil, un teléfono inteligente y una conexión a internet, existen algunos otros elementos que pueden afectar el rendimiento y productividad de las personas cuando trabajan a distancia, como lo son las distracciones constantes y el ruido ambiental que impide sostener llamadas de trabajo efectivas.
En ese sentido el representante de Poly cree necesario proporcionar a las personas las herramientas adecuadas para que puedan hacer frente a estos elementos y les permitan realizar su trabajo desde casa con la misma eficiencia que si se encontraran en sus oficinas.
«Para que la experiencia de trabajar desde casa no se convierta en un dolor de cabeza, existen distintos factores a considerar:
Además, el estudio señaló que las videoconferencias mejoran la productividad, ya que permiten a los participantes integrar señales no verbales como expresiones faciales y gestos en sus discusiones, lo que puede conducir a una colaboración más rápida y efectiva.