Mientras sus vecinos centroamericanos se lanzan a la búsqueda de inversión extranjera, el Gobierno salvadoreño parece restar importancia a la relevancia que estos ingresos suponen para la economía del país. Así, la falta de inversión y de medidas para solucionar el problema han derivado en un aumento del paro.
En 2012, sólo 3 de cada 10 personas accedieron a un puesto de trabajo formal, según datos de Fusades (Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social), por lo que el paro en la nación centroamericana se eleva ya a casi dos millones de personas.
Dicha organización sostiene además que El Salvador tiene un déficit de más de 172.000 empleos. Por su parte, la Asociación Nacional de Empresas Privadas (ANEP) ya apuntado en más de una ocasión la necesidad de crear puestos de trabajo en el país: «Es esta la única opción real y permanente para reducir la pobreza».
La principal causa del desempleo que sufre el país es la falta de inversión extranjera. En el primer semestre de 2012 El Salvador percibió 116.000 millones de dólares (cerca de 90.000 millones de euros), muy por debajo de los 242.000 millones (unos 186.000 millones de euros) alcanzados en el mismo período en 2011.
Parece que al Gobierno no parece importante la estrepitosa caída de esta fuente de ingresos, pues ni siquiera se conoce aún el dato de Inversión Extranjera Directa (IED) para todo el año pasado. Tampoco la previsión de las autoridades de lo que espera recibir en 2013.