En estos momentos de alto desempleo, es fácil pensar que las cosas van mal y que el mundo se está cayendo. Además, con las visiones catastróficas que se leen, incluso en estas páginas, es normal ver la opinión generalizada sea esa, que el mundo se está callendo. No sorprende que los consumidores no gasten y, si pueden, ahorran y no sorprende que los empresarios no inviertan, incluso las empresas q