La globalizacion del trabajo

La globalizacion del trabajo
mayo 27 02:00 2013

En esto del paro, antes que mirar a Bruselas o la cara a Rajoy, yo creo que hay que mirar a la estructura de producción del capitalismo en su fase monopolista-financiera global. Mirar, por ejemplo, a China. Desde que Deng Xiaoping en 1978 inició La Gran Involución e instauró la política de «puertas abiertas» a las inversiones extranjeras, la producción china, dedicada a ensamblar componentes fabricados en otros países, es controlada en un 60% por la Triad (USA, Japón y UE). Según el Banco para el Desarrollo de Asia, los trabajadores chinos que montan las piezas de los iPhone por Foxconn (empresa china), con subcontratos de Apple, reciben solo 3.6% del producto final, quedándose Apple con el 64 % del margen de beneficios. Es solo un ejemplo.

Elijamos otro ejemplo de las implicaciones morales de este sistema de producción. Solo en 1996, Nike fabricó 60 millones de zapatos deportivos. El costo de un par era de 1.50 euros y su venta de 149.50 euros. En 1992, Nike pagó al jugador de baloncesto Michael Jordan 20 millones de dólares por hacer publicidad de Nike, cuando las mujeres trabajadoras ganaban 15 céntimos de dólar la hora en una jornada laboral de 11 horas diarias. Ignoramos cuánto cobran hoy Nadal o Federer.

Un ejemplo final que habla de la alienación y deshumanización de estos trabajadores sobreexplotados. En la ciudad china de Dongguan, en factorías que trabajan para Microsof, IBM, Dell y Hewlett-Packard, las piezas de montaje del teclado y otros equipos de los ordenadores pasan por las manos del trabajador cada 7,2 segundos, 500 a la hora; este tiene justo 1,1 segundos para poner cada pieza en su sitio, continuar la operación 3.250 veces cada hora, 37.750 veces al día, 250.250 veces a la semana y mas de un millón de veces al mes. La jornada de trabajo es de doce horas los siete días de la semana. Se les paga 64 céntimos a la hora, quedándole 41 céntimos después de deducirle la comida y la habitación. En la habitación se hacinan durmiendo en literas de madera y sin agua corriente. Muchos se suicidan. A veces la fábrica se derrumba, como recientemente ha ocurrido en Bangladesh (donde subcontrataban trabajo Primark, Mango, Benetton y el Corte Inglés), y libra a los obreros del suplicio, aplastándolos…




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