Las débiles muestras de reactivación hay que tomarlas con el realismo que se merecen. Si bien no son señales que anuncien la luz al final del túnel, dan cuenta de que al menos la caída libre terminó y que ahora viene una larga cabalgata por el desierto. La trombosis o coma agudo de la economía en su conjunto no mostrará señales de recuperación hasta que el empleo comience a dar signos de vida real