Lo primero que enseñan las empresas sobre los uniformes es que son necesarios para generar una identidad y una buena primera impresión ante el cliente. Los empleadores saben que la forma en la que se viste su plantilla es una poderosa herramienta de extensión de su marca.
En muchas ocasiones el área de recursos humanos muestra el tipo de vestimenta que usarán los empleados, sus funciones, y cómo respetar el código de vestimenta. Sin embargo en pocas ocasiones se brindan capacitaciones sobre el uso correcto de la ropa en el trabajo, lo que representa una enorme área de oportunidad ya que los colaboradores suelen minimizar la importancia de la vestimenta.
Todos los aprendizajes laborales son imprescindibles. En el estudio Tendencias del Entorno Laboral en México (TELM) 2019, de Kelly Services, especialistas en administración de recursos humanos, se estima que 29% de los trabajadores afirman que una adecuada capacitación influye en sus niveles de lealtad. Ello implica que las empresas debieran poner en marcha diversos procesos de capacitación, de entre los cuales no puede faltar el del cuidado de la indumentaria.
Formar a los colaboradores en el cuidado de sus uniformes tiene varios beneficios. El primero de ellos es la ampliación de la vida útil de la ropa, que se obtiene al cultivar el sentido de responsabilidad entre los empleados por sus prendas; ello además contribuye de forma indirecta a que la compañía oriente su capital hacia otras prestaciones adicionales en beneficio de la plantilla laboral.
De igual modo hay que hacerles saber a los colaboradores que ellos visten para el éxito, y que preservar los aditamentos secundarios como botas, zapatos, cascos, o guantes, tiene la misma relevancia que cuidar cualquier otro aspecto de su imagen personal.
La idea es transmitirles que lo que portan es más que los símbolos de una marca, y que una correcta imagen es la línea que separa asegurar un nuevo contrato o cerrar una venta, con el fundamento de que si la compañía gana, ellos también lo hacen.
Ninguna formación continua estaría completa sin aportar conocimiento. Mediante las capacitaciones es importante instruir al personal a detectar el estado de la ropa, qué métodos son los adecuados para cuidarla en casa, en qué ambientes es más resistente y en cuáles no. Esto le dará la suficiente confianza al trabajador para levantar la mano y pedir una renovación de uniforme cuando sea necesario.
Una iniciativa así será un proceso paralelo de aprendizaje para las empresas. Entre más conozcan de vestimenta, más apertura habrá para descubrir oferta de calidad y llegar a marcas líderes.
Después de todo, en la mayoría de las compañías no existe una cultura de la ropa más allá de su valor estético o práctico. Hoy por hoy, es preciso adoptar una postura de colaboración entre empresa y trabajadores, en la cual los esfuerzos en conjunto puedan localizar esos puntos en los que hay que mejorar y la vestimenta es un buen comienzo.