Según un estudio del Foro Económico Mundial, se estima que el 65% de los estudiantes en edad escolar trabajarán en puestos que aún no existen. Además de la desaparición de muchos empleos por una creciente automatización, se espera que la tecnología y la digitalización generen demandas laborales que hoy no conocemos.
Este es un panorama difícil para los adolescentes que están pensando en su formación profesional. Sin embargo, hay tendencias que ya pueden notarse. El mismo organismo menciona algunas cualidades como las más importantes para el mercado laboral de los próximos años: el pensamiento analítico, la capacidad de innovar y la creatividad están a la cabeza.
Además, hay algo seguro: el rol de la tecnología va a ser fundamental. “Se está hablando cada vez más de qué habilidades van a requerir esos trabajos. Por un lado se destacan habilidades ‘blandas’, como la creatividad y la capacidad de aprendizaje.
Pero también tenemos la necesidad de desarrollar competencias digitales, que van desde el uso seguro y eficiente de las nuevas tecnologías hasta el desarrollo de programas informáticos. El aprendizaje de la programación promueve el desarrollo de las competencias digitales”, sostiene Laura Mangifesta, directora de comunicaciones de Mumuki.
De hecho, los conocimientos computacionales ya son un requerimiento del mercado laboral actual. Según un estudio de la Unión Europea, en la actualidad el 90% de los empleos requieren que los trabajadores cuenten con habilidades digitales incluso para la realización de tareas básicas. Es decir que la mayoría de los trabajos que antes no utilizaban tecnología en absoluto (como, por ejemplo, atender un comercio o un restaurante) ahora están digitalizados.
Y todo indica que esta tendencia va a seguir creciendo, ya que habrá mayores requerimientos técnicos y en una mayor cantidad de empleos.
En este contexto y como solución a esta problemática nació un proyecto argentino que busca impulsar y mejorar la enseñanza de la programación y el pensamiento computacional en la región, para mejorar la alfabetización digital y la inclusión digital. Para lograrlo, desarrollaron una plataforma con más de 2000 ejercicios interactivos que ya se utiliza en aulas de Argentina y en otros países.
Mumuki creó esa herramienta , que es es recomendada para la educación primaria y secundaria por program.ar, iniciativa gubernamental que tiene como objetivo fomentar la enseñanza de la programación.
“Mumuki busca formar a los niños y muchachos de hoy no solamente para prepararlos para el futuro del trabajo, sino también con habilidades para desarrollarse en un mundo cada vez más digital donde la tecnología forma parte constitutiva de nuestra dinámica cotidiana”, explica Mangifesta.
Es decir que, más allá del beneficio de estas habilidades digitales a la hora de buscar trabajo, se habla de una necesidad fundamental para desarrollarse en la vida cotidiana: La educación en programación como parte de un derecho, que es más profundo que apuntar sólo a la salida laboral.
“Estas habilidades son útiles para todos los chicos y chicas, sin importar si el día de mañana deciden trabajar como programadores. Dado que nuestra vida cotidiana está mediada y atravesada por la tecnología digital, resulta crucial que los chicos puedan apropiarse de estos saberes para la participación ciudadana y la interacción social, por eso entendemos que enseñar programación es una forma de promover la inclusión.”.
Es decir que enseñar programación no es solo formar programadores, es, fundamentalmente, darle a todos los chicos las herramientas para que puedan participar de forma genuina en una sociedad digital.
En América Latina, Argentina fue el primer país en aprobar una norma sobre educación digital obligatoria: En el año 2018 la resolución 343/18 del CFE estableció que debe enseñarse programación y robótica en todos los niveles de las escuelas del país.