La mujer trabaja para una importante compañía y lo de acudir a una profesional de la imagen no fue una idea suya, se lo pidió su jefe, un hombre.
Lo que le aconsejó, con el argumento de que así vendería más, fue que dejara de parecer tanto una contadora o abogada y más una comercial de éxito.
La empresa pagó por la sesión con la asesora de imagen quien se encargó de revisar todos los aspectos…