Llegar a la oficina todos los días en el mismo horario, sentarte en tu escritorio (tuyo, con tus fotos y tus cosas), cumplir una jornada de 8 o 9 horas y usar la computadora corporativa o -con suerte- también un celular si tu compañía así lo decide. ¿Te suena familiar esta rutina? Puede que sí, puede que ya no tanto…