“No estoy de acuerdo con lo que piensa, pero siempre defiende sus ideas”, “Con esta persona no te llevas sorpresas”, “Te guste o no, esa persona no se vende“, “Aunque sea opuesto a lo que crees, sabes lo que puedes esperar de esa persona”.
Seguramente hemos dicho o escuchado frases parecidas a esas sobre alguien. Incluso puede que, en algún momento, las hayan dicho refiriéndose a nosotros.
Desgraciadamente creo que cada día es menos frecuente encontrar a alguien que defienda sus principios si, por hacerlo, va a perder dinero, comodidad o incluso un puñado de seguidores. Y esa es una de las grandes dificultades a la hora de desarrollar una Marca Personal potente. Si no eres capaz de mantenerte firme cuando alguien ataque lo que tu consideras importante, ¿Cómo esperas generar la más mínima confianza?
Cuando cedes ante algo que no quieres o en lo que no crees, te estás VENDIENDO, estás poniendo precio a tu identidad. Es una forma de prostitución. Por eso cuesta tanto encontrar a alguien en quien confiar. Y si la confianza falla, la Marca Personal se hunde.
Al hablar de Branding Personal siempre surge el asunto de la diferenciación. Pues bien, posiblemente una de las mejores formas de sobresalir y destacar es mantenerte firme cuando todo el mundo cede, especialmente si esa firmeza está relacionada con tu esencia, con lo que tu consideras importante…
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