Si de por sí cualquier trabajo puede llegar a tener cosas complicadas que suelen traernos de cabeza, el tener un compañero que nos haga la vida imposible resulta que es lo último con lo que quisiéramos toparnos.
Personas con las que nos cueste relacionarnos las encontraremos en cualquier lado y la oficina es ejemplo de esto. Resulta complicado relacionarnos con ellos, ya que su actitud no es la mejor para tratarlos e incluso esto puede hacer que nuestra experiencia en determinado trabajo nos resulte desagradable.
Siguiendo los consejos de dumblittleman.com, de responsabilidadcorporativa.net y de sebascelis.com, en De10.mx te damos 10 consejos útiles para lidiar con este tipo de personas.
1. Mantén la calma. Lo peor que puedes hacer es demostrarle que sus acciones te molestan. La mejor estrategia para mantener tranquilas a esas personas, un tanto pesadas, es que tú te mantengas tranquilo y en calma.
Si lo haces, captarás la atención de aquella persona fastidiosa, quien se dará cuenta de que tú no caes tan fácilmente en sus juegos, por lo que entablará una relación un tanto distante contigo.
2. Tratar de entender por qué esa persona es así. Date algún tiempo para reflexionar cuál es el motivo para que aquella persona tenga un carácter conflictivo. De seguro, habrá algo en su pasado que ha detonado que ahora se comporte de esta manera.
Cuando creas que has encontrado los por qué, ahora trabaja para hallar una solución para que se produzca el cambio y beneficie a toda la organización.
3. Recurre a los demás. Es probable que más de uno de sus compañeros tenga la misma impresión de aquel compañero de trabajo. Haz un sondeo para recabar puntos de vista para que así, entre todos y ya con varios puntos de vista, encuentren la mejor solución a este problema.
4. Construir una relación. Quizá, lo único que existe entre esa persona y tú es una mala impresión. A veces, el uso de tecnologías para comunicarnos con los demás, deshumaniza las relaciones y por ende, no puede existir una convivencia sana entre un grupo de trabajo.
¿Por qué no organizas una salida o una comida para que puedan conocerse mejor? Tal vez descubras si en realidad se trata de una persona difícil o no de tratar.
5. Nunca le pierdas el respeto. «No hagas lo que no quieras que te hagan», podría ser la frase con la cual se explicaría este punto. A lo mejor, sin darte cuenta, el trato que le has dado a esa persona no ha sido el correcto y por ende, lo único que ha hecho es defenderse. Cambia tu actitud, podrías también notar una transformación en el otro.
6. No dejes que las cosas empeoren. Ya no dejes pasar más tiempo y toma acciones concretas. Si sigues esperando, puede suceder que cuando tomes decisiones, lo hagas enojado y de seguro no serán las adecuadas. Lo importante es que te mantengas bajo la línea de la objetividad.
7. Afróntalo. De manera pacífica, acércatele y dile lo que no te parece de su comportamiento y la manera en cómo te afecta. Es probable que sea un momento incómodo, pues a nadie le gusta que le digan las cosas que está haciendo mal, pero también demuestras que no quieres seguir en ese juego de malas maneras y demuestras que eres una persona sincera.
8. Identifica los puntos rescatables. No porque no te agrade una persona quiere decir que todo lo que venga de él está mal. Aprende a escucharlo, quizá haya más de un punto de vista que compartan. Si justo en eso pudiera llegar a sentir tu lealtad, su relación de seguro cambiará.
9. Acude con algún superior para encontrar la solución. Si ya intentaste de todo y aún así continúan las relaciones hostiles, lo mejor será que lo comentes con alguno de tus superiores. No te sientas como un soplón, simplemente hay cosas cuya solución no siempre está en tus manos y quizá, sea mejor que otros tomen las acciones a seguir.
10. Aléjate de esa persona. Aunque suene un tanto duro, si por más que has intentado cambiar esa relación, lo mejor será que marques tu raya definitivamente. Verás que en poco tiempo, notarás que el hacerlo sólo trajo mejoras en tu vida y quehacer diario.