“Lo importante es que sepamos diferenciar ambientes”, “recuerda que al comenzar a trabajar debes tener hábitos como no hacerlo en pijama”, “establece metas concretas en función de lo que era tu horario y serás eficiente”.
Comencemos por el horario. Quizás el que mayor impacto ha tenido en este proceso de confinamiento ha sido el tiempo. El mismo ha mutado en muchos sentidos: se ha extendido, se ha acortado, ha cambiado, se ha dispersado.
Los recursos y la información completa para trabajar ha sido otro aspecto trastocado por la reclusión obligada. Cada vez es más frecuente elaborar procesos de manera “incompleta”, con la eterna promesa de que “cuando regresemos a la oficina anexamos lo que falta y cerramos el tema”.