Trampas en los portales de empleo

Trampas en los portales de empleo
mayo 03 02:00 2013

La disponibilidad de acceso a internet como recurso, así como el masivo uso de las TICS por parte de personas, empresas y organizaciones ha introducido cambios en los procesos de búsqueda de empleo. Actualmente, el periódico y el rotulador rojo de las películas americanas son sustituidos por la pantalla de inicio de páginas como Infojobs cuando buscamos un símil visual de «buscar empleo».

No aportamos nada si indicamos que el uso de los portales de empleo puede permitir acceder rápidamente, y a coste muy bajo, a un sinfín de ofertas. Ahora bien, que en ellos podamos encontrar información que nos permita cambiar nuestra situación de desempleo hace que en ocasiones olvidemos que detrás de muchas páginas hay empresas con ánimo de lucro. Ese afán por el lucro, a priori es lícito, puede derivar en situaciones donde se ofrezcan «servicios» de pago a las personas que buscan empleo. Servicios en algunos casos de dudosa efectividad y con cierta falta de honestidad. Es importante ser críticos cuando usamos los portales de empleo en internet para buscar trabajo. Por ello, vamos a centrarnos en una situación muy frecuente, intentando dar algunas recomendaciones para no pagar por algo que no necesitamos.

La situación es la siguiente: En un portal de empleo de uso frecuente, donde hemos registrado nuestros datos profesionales vemos una oferta de empleo que se ajusta a nuestro perfil. Rápidamente, aplicamos nuestra candidatura a dicha oferta (o «echamos el currículum», que decimos a veces). Automáticamente recibimos un e-mail que nos indica que se está inscrito en la oferta en cuestión. Además, nos ofrecen la posibilidad de «confirmar nuestro teléfono» mediante un mensaje de texto con un coste de 1,45 euros (esta última parte se muestra en una letra mucho más pequeña que el resto). Para animarnos a mandar el preciado «SMS», nos indican que así facilitamos nuestro contacto a la empresa. Seamos claros: no es necesario confirmar nuestro teléfono mediante este sistema.

Cuando «nos dimos de alta» en el portal de empleo tecleamos nuestro número. Si realizamos el proceso de registro en el portal sin incidencia, inscribiéndonos en una oferta, estamos autorizando al portal de empleo a mostrar a la empresa oferente nuestros datos de contacto. En caso de duda, con acceder a la parte privada del portal de empleo en el que hemos visto la oferta y verificar nuestros datos es suficiente. Esto no supone coste económico.

Sirva por tanto esta situación para invitarnos a la reflexión. Si cuando buscamos trabajo en internet, usando este tipo de web, se nos ofrece un servicio de pago, preguntémonos: ¿por qué estoy pagando exactamente? ¿Qué efectividad tiene este servicio? ¿Verdaderamente lo necesito?

Dicho esto, no queremos generar un sentimiento de desconfianza generalizado hacia todos los portales. Hay muchos muy profesionales y otros que no lo son tanto. Es necesario un ejercicio de valoración individual, una tarea en la que el personal técnico de los servicios de orientación podrá ser de gran ayuda.




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