La radiografía que ha publicado el Banco Central refleja que el sector privado, que representa 58% del PIB, genera pocos puestos de trabajo y el Estado se ha convertido en la principal fuente de nuevos empleos.
El año pasado el ala privada de la economía solo aumentó la nómina en 1,4%, es decir, generó 142 mil 048 empleos, mientras que el sector público creó 175 mil 423 puestos de trabajo, lo que se traduce en un incremento de 7,3% en la nómina del Estado.
Este resultado luce contradictorio. El sector privado fue el que registró el mayor crecimiento en 2012, con una expansión de 6,1% entonces ¿por qué crea poco empleo? Analistas explican que la inamovilidad laboral desestimula la creación de puestos de trabajo porque si en determinado momento el entorno cambia las empresas no pueden disminuir la nómina para adecuarse a las nuevas circunstancias.
Otro factor a tomar en cuenta es que la escasez de insumos, limitaciones para atender proyectos bajo la modalidad de precompra y las expropiaciones, se traducen en que los constructores privados no crean empleo, de hecho, en esta área hay destrucción de puestos de trabajo.
Al analizar la creación de empleo de manera integral, tanto pública como privada, el Banco Central precisa que las actividades que emplearon a la mayor cantidad de personas son servicios comunales, sociales y personales, que básicamente responden a los programas del Gobierno y manufactura.
En las entidades financieras, construcción, electricidad, gas y agua se redujo el número de trabajadores.
El declive en el empleo total de la construcción, que se traduce en que 37 mil 182 personas que laboraban en esta área hoy están desocupadas, evidencia que la edificación de viviendas que lleva adelante el Gobierno no ha sido capaz de compensar el impacto de la paralización de las constructoras privadas.
La construcción es después de la manufactura, el área que más puestos de trabajo crea en el país.
No obstante al colocar en la balanza los puestos de trabajo generados y los destruidos, el saldo es ligeramente positivo y el desempleo desciende 0,4 puntos entre noviembre de 2011 y noviembre del año pasado.
Se multiplica
Decidido a elevar el peso del Estado en la economía la administración de Hugo Chávez ha llevado adelante un agitado proceso de expropiación, privatización y creación de empresas que aumenta constantemente el número de trabajadores en el sector público.
De acuerdo con el INE para el cierre de octubre de 2002 trabajaban para el Estado 1 millón 345 mil 674 personas y al cierre de octubre de este año esta cifra ha ascendido hasta 2 millones 463 mil 759.
La consecuencia es que durante los últimos diez años el número de trabajadores públicos aumentó 83% y en promedio, cada día, ingresaron 310 nuevos empleados a la nómina.
Pero el resultado son números rojos, como lo demuestran ejemplos emblemáticos. Tras su nacionalización en 2008 Sidor acumula pérdidas por 580 millones de dólares; la empresa La Gaviota, ubicada en el estado Sucre, apenas produce entre 80 y 100 latas de sardinas diarias y en el sector automotriz el descalabro es notorio.
En su mensaje de fin de año el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, admite que la «producción de las industrias del sector público» registró un descenso de 6,7% en 2012.
El incremento en el número de trabajadores en empresas que producen menos y requieren de una constante inyección de petrodólares para cubrir sus compromisos laborales aumenta la presión sobre las cuentas públicas.
Bank of America y Barclays indican que la brecha entre ingresos y egresos del Gobierno supera 11% del PIB.