Cada uno es según lo que hace y dice, por eso controlar tu actitud en el entorno laboral debe ser un factor que no puedes desatender. Tu ascenso, o despido, depende mucho de la imagen que tu jefe tenga de ti así como de la que tenga acerca de tu forma de trabajar.
No seas despistado y vayas acumulando las tazas de café encima de la mesa, no te presentes en la oficina con los zapatos sucios o no abuses de la confianza de los compañeros. Lo único que estás haciendo es perjudicarte.
Hay muchas acciones que se han convertido en rutinarias y a las que ni prestas atención mientras las haces. Se puede decir que te salen solas; pero eso no es excusa para justificarte si, al final, todo tiene el enlace que ninguno deseamos. Así que coge papel y lápiz, abre bien los ojos y ve tomando nota de estos consejos para no volver a hacer estas cosas que no debes hacer jamás en el trabajo.
No dejes el trabajo para última hora. A tu jefe no le va a gustar que le entregues los informes, las estadísticas o lo que te haya pedido justo el mismo día que te puso como límite. Seguramente querrá hacer cambios y ya estaréis fuera de la fecha.
No comas en tu mesa. No, no y no. Prohibido. Es muy desagradable oír al compañero masticar o el choque de los cubiertos mientras trabajas. Seguro que tenéis una sala habilitada o una cocina en la que poder comer.
Los zapatos limpios, por favor. Elige unos zapatos bonitos, cómodos y elegantes para ir al trabajo y, sobre todo, en buenas condiciones…
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