La soberbia en muchos casos acompaña a los directivos consolidados en sus cargos. La falsa idea de asumir que se es el más listo por haber logrado un ascenso, lleva a muchas veces a los jefes a incurrir en el peor de los errores: actuar como dictadores. Pero, según los expertos, querer impresionar al personal mostrando una personalidad inflexible terminará por perjudicar al líder, que más pronto…