El Informe del Banco Mundial de este año se dedicó al tema de empleo y México fue uno de los siete estudios de caso. El pasado martes se presentó el estudio de caso de México. México se escogió como ejemplo de un país cuyo principal problema de empleo es el nivel de informalidad. ¿Cuáles son los principales mensajes del estudio de caso de México?
Primero, en México se ha creado muchísimo empleo en los últimos años, que se explica porque la población ha crecido también muchísimo, pero, la calidad de gran cantidad de empleo que se ha creado no permite un nivel satisfactorio de vida, la cohesión social e incrementar la productividad.
El crecimiento en el empleo en la frontera norte ha sido importante, lo cual se explica por el tratado de libre comercio. No obstante, en el centro y sur no ha mostrado tal dinamismo.
Respecto de la informalidad, quizá la conclusión más importante que quiere destacar el informe es que la informalidad es un problema de empresa pequeña (y micro): en las empresas grandes 94 por ciento de los empleados tienen seguridad social; en las pequeñas sólo 7 por ciento.
Segundo, los salarios se deprimieron significativamente debido a las crisis de los ochenta y noventa, pero se ha mantenido estable en términos reales desde el 2000, con un ligero incremento. Interesante, si bien con la apertura comercial se acrecentó la desigualdad salarial entre los más educados y los menos educados; los últimos datos indican que la desigualdad empieza a revertirse. Hoy no se sabe, sin embargo, si es porque los más educados están ganando menos en promedio, o porque los menos educados están ganando más.
Las crisis han sido devastadoras en términos de empleo formal, sobre todo las de 1995 y 2002, pues el empleo tardó varios trimestres en empezar a recuperarse. No obstante, el empleo formal empezó a recuperarse de la crisis de 2008 más rápido. Aunque todavía a finales de 2011 habían una brecha de empleo formal. Los jóvenes y los mayores de 60 han sido los más afectados por las crisis. De hecho, en términos relativos pocas personas entre 25 y 55 perdieron su empleo formal en la última crisis.
Ahora bien, las crisis no sólo han sido devastadoras en términos de empleo, pero también en el consumo de las familias. Por poner un ejemplo, mientras que en Estados Unidos la inversión cayó en la misma proporción que en México; en nuestro país la caída en el consumo de las familias fue varias veces la de Estados Unidos, en términos proporcionales. Las familias están muy poco protegidas.
Si el diagnóstico más o menos es bien conocido ¿cuáles son las respuestas de política pública? Aquí la respuesta es más difícil. Por un lado, parece haber consenso que se debe extender el sistema de protección social y que es urgente un seguro de desempleo; y que se deben establecer programas más ambiciosos para los trabajadores jóvenes, como el de entrenamiento en el trabajo. Por el otro, todavía no todos se convencen de las bondades de disminuir los costos de despido y de mantener un salario mínimo en niveles no distorsionantes, entre otros factores.
El caso de México no hace referencia específica a la reforma laboral enviada por el Presidente Calderón y que se está discutiendo ahora en el poder legislativo. No obstante, los cambios propuestos si abordan una parte de los factores identificados como obstáculos para la creación de empleo. No todos, y se tendrá que trabajar en el sistema de protección social, en el sistema tributario, en la forma de operar del IMSS, en los tribunales laborales, en revisar nuevamente la Ley Federal del Trabajo en el futuro, pero son un avance en la dirección de facilitar la creación de empleo protegido…