La actual situación económica ha provocado en el mundo empresarial un cambio sustancial en lo que se refiere a la relación establecida entre el trabajador y la empresa.
Las modificaciones en las condiciones laborales, el aumento de la demanda de empleo o la disminución de puestos son algunas de las causas de la modificación en esa relación. Jordi Damià , Profesor de Estrategia de empresa del MBA de la Universitat Politécnica de Cataluña y Socio de Setesca, ha analizado cuáles son los ejes centrales que sustentan esa nueva relación. De relación laboral a puramente mercantil: el empleado como producto
Una de los principales impactos de la crisis es que tanto a empresas como empleados les es difícil crear vínculos emocionales con las empresas más allá de una relación estrictamente laboral. âDe hecho, más que laboral la relación se ha vuelo mercantil, puesto que tanto empleados como empresas saben que con la legislación laboral actual uno puede despedir a otro a un coste mínimo y lo hará en el momento en que el empleado no le proporcione más beneficio que coste que supone a la compañíaâ, apunta Damià .
Además del estrés que esta situación supone en los empleados, es importante que tanto empresas como trabajadores se adapten cuanto antes a esta nueva situación para normalizar la relación y ser lo más efectivos en la consecución de objetivos. Realidad y consecución de objetivos
En el nuevo marco empresarial, Damià apunta que âla compañía debe ser sincera con los trabajadores en cuanto a la realidad existente, no creando más expectativas que la necesarias y mucho menos caer en un falso paternalismoâ.De hecho, explicar claramente que cuanto más beneficio produzca un empleado más perdurará la relación laboral hace que se definan más claramente las expectativas. Esto requiere una excelente gestión de los objetivos por parte de los directivos, premiando no solamente los objetivos individuales, sino también los de grupo…