El funcionario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Natan Elkin ha afirmado este jueves que existe una «distorsión» en el mercado de trabajo, ya que los menores de 30 años prolongan sus estudios para «no sufrir la frustración de estar desempleado».
Elkin ha pronunciado este jueves en la Universitat Jaume I de Castellón la conferencia ‘Actualización sobre las normas internacionales del trabajo: políticas del empleo en el contexto de la crisis’.
El dirigente de la OIT se ha referido a las medidas de choque contra el desempleo juvenil aprobadas el pasado mes de marzo por el Gobierno y destinadas a menores de 30 años y ha asegurado que no se da el criterio de «racionalidad» en una medida que sea aplicable para una mujer de 29 años y no para una de 31.
Elkin ha afirmado que normalmente, el empleo juvenil se define en Europa como aquél que atañe a las personas menores de 26 años. Sin embargo, la tendencia actual, derivada de la crisis, es que las personas prolongan cada vez más el tiempo de estudio para «no sufrir la frustración de estar desempleado».
Esto provoca una cierta «distorsión» en el mercado de trabajo, porque si un gobierno toma medidas encaminadas a las personas de entre 18 y 26 años se le acusaría de que la gente no puede estudiar, y por contra, al no haber trabajo, la gente estudia más.
Este tipo de medidas, ha agregado Natan Elkin, «favorecen a un sector concreto y relegan a otro que sufre mucho, el de entre 30 y 45 años».
«Si uno focaliza en esos aspectos de la persona, como la edad, se reflexiona menos en términos de encontrar una solución», al desempleo juvenil y, cuanto más se pone el acento en un grupo concreto «más personas se sentirán desfavorecidas».
En este sentido, ha manifestado que es posible que a los 32 años a una persona le haga falta una de estas medidas que suponga, por ejemplo, una reformulación de sus capacidades complementada con una formación que desemboque en un trabajo.
Los gobiernos actuales, ha agregado, suelen caer también en un «efecto anuncio», por el que se explican y aprueban unas medidas, de las cuales luego «no se sabe nada».
Elkin se ha referido, por otra parte, a la necesidad de que las medidas recogidas en los 110 convenios de la OIT que han sido ratificados por España, se lleven a cabo y se incorporen a las enseñanzas en Derecho Laboral y al mismo tiempo se tengan en cuenta en la jurisprudencia.
El representante de la OIT se ha referido además al convenio 122, firmado por España, que insta a todos los miembros a llevar a cabo una política de empleo «pleno, productivo y libremente elegido».
Este convenio insta a los gobiernos a consultar con los agentes sociales y lograr «la plena cooperación y el apoyo necesario», en caso de España, de los sindicatos, para su política en materia de empleo.
En el último examen que hizo la comisión de expertos de la OIT a finales de 2012 se puso de manifiesto la situación «difícil» del empleo en España, que ha ido empeorando en los últimos años.
Las organizaciones sindicales manifestaron ante la OIT que la reforma laboral «no está favoreciendo la creación de empleo» y dudaban que vaya a alcanzar los objetivos para los que se aprobó.
Natan Elkin ha dicho que no se puede instalar de manera permanente el «esperar que pase la crisis» para adoptar las medidas necesarias para la creación de empleo.