En 2007 el gobierno alemán encabezado por Angela Merkel votó la elevación gradual de la edad de jubilación de 65 a 67 años y se presentó como ejemplo de probidad fiscal durante el estallido financiero de 2008 y la crisis de la deuda de la eurozona.
Desde la perspectiva de Berlín, el desequilibrio fiscal de los países del sur europeo se debía a su insostenible despilfarro y no a los problemas …