Casi todos odiamos las interminables reuniones de equipo, esos encuentros entre grupos de compañeros donde se habla mucho pero pocas veces se dice algo y que, en su gran mayoría, por el consumo del tiempo y sus pocos resultados patentes, has salido de ellas, cansado, frustrado y desanimado. No obstante, estas reuniones continúan y, como nos explica el artículo vinculado, hay razones secretas por q