Ya queda menos, pero aún hay ajuste por hacer. Hasta ahora, los recortes de plantilla han sido enormes. Mitad por obligación, mitad por la propia naturaleza del sector, sobredimensionado desde hace años al albor del boom inmobiliario que desembocó en una crisis sin precedentes. Una crisis global a la par que «doméstica» que sacó a la luz los excesos de un sistema que hacía aguas. Pero tras la…