Que la economía esté al servicio del ciudadano y no del beneficio puramente monetario es una premisa que suena mucho más a utopía que a opción real. Empresas que pagan menos impuestos a cambio de favorecer al empleado, un descenso considerable del desempleo o pensiones garantizadas podrían ser el fruto de un sistema ideal en el que la economía dejaría de basarse en la competencia para recoger los …