Las vacaciones son tiempo libre, sin ataduras laborales, y un estado mental. Son necesarias para desconectar de la rutina, recargar las baterías, cambiar de escenario, aprender y permitirse algunas cosas que normalmente no están en la lista de actividades y gastos. Precisamente por eso pueden salirse de presupuestos que suelen llegar bastante ajustados a fines de mes. Y esa es la razón por la que buena parte de los estadounidenses no se las pueden permitir.
De acuerdo con una encuesta hecha por Bankrate, solo el 52% de los americanos planean tomar vacaciones de verano y más del 25% no planean hacer viajes. La razón más citada, el 60%, para no tomar vacaciones es la falta de dinero.
Esto ocurre en el mismo lugar en el que al 39% de los habitantes les cuesta hacer frente a un gasto inesperado de $400 y uno de cada tres padres tiene que pagar el campamento de verano de sus hijos con cargo a una tarjeta de crédito por falta de liquidez para un gasto que suele oscilar entre $1.000 y 2.000 por hijo.
Entre quienes afirman que las vacaciones no son asequibles el 44% aduce que tienen que pagar las facturas regulares y el 22% tiene como prioridad reducir su deuda. Hay que tener en cuenta que los presupuestos medios de vacaciones que se tienen en el país, siempre según la misma encuesta de Bankrate, es de un mínimo de $1.600 y un máximo de $2.265.
Con estas circunstancias, solo el 38% de los que respondieron a la encuesta tienen planes de tomarse todos los días de vacaciones a los que tienen derecho. El resto dona muchos o todos los días a su empresa.
Entre los que más problemas tienen para financiar unas vacaciones están los miembros de la Generación X, los nacidos entre el 1961 y 1981. Los mayores de esta edad explican que no lo hacen por cuestiones de salud.
No hay soluciones posibles de un día para otro, a no ser que el destino y la suerte le permitan tener todos los números de la loto. En el caso de que no tenga tanta suerte de cara hay un camino: presupuestar y planear con anticipación buscando ofertas.
En el caso que el dinero esté justo mensualmente piense en dos reglas importantes para el ahorro:
No hay que ahorrar lo que sobra tras los gastos porque no sobra nunca nada. Se trata de separar en el presupuesto una cantidad, no necesariamente elevada, de forma regular destinada al ahorro.
Ahorre con un objetivo. El 401k para la jubilación, un carro nuevo, una reforma en la casa, el computador para el hijo y por supuesto, unas vacaciones. En el caso de que tenga que pagar deuda, la prioridad es deshacerse de ella, máxime si esta es un gran balance en la tarjeta de crédito. Los intereses, que rondan el 17%, convierten a esta obligación en algo muy caro y la mejor estrategia es pagarla de la forma más barata posible y cuanto antes mejor.
Las opciones pasan por consolidar la deuda en otra tarjeta de crédito que tenga una oferta introductoria del 0%. Hay tarjetas, como la Slate, de Chase, que renueva de vez en cuanto esta promoción a quienes la tienen.
También se puede intentar pedir un préstamo personal a tasa fija más baja que la de la tarjeta de crédito.
En cualquier caso, pagar la deuda en este caso es prioritario. Antes que ahorrar hay que eliminar los gastos que ocasiona una alta tasa de interés.